Crónica de una burbuja que se revienta
El primero de abril trabajé como fiscal a la escuela de Rincón Grande de Pavas, en la primera ronda lo hice con VAMOS en Pozos y para la segunda Coalición Santa Ana tenía todo tan articulado que cuando me dijeron que en Pavas no había gente PAC no dudé en irme para allá. Llegué a medio día y conforme nos íbamos acercando el mar de gente de RN se hacía más y mas grande, era tanta que tuve miedo de bajarme con mi camisa de “No soy tu sierva” y me puse la del PAC encima, apenas pude me quedé sólo con esa, el calor y el gentío no daban para andar doble mudada.
Siempre me he creído de esas que ven un poquito más allá de la burbuja, pero estaba equivocada, la burbuja me estalló en la cara. El toldo de RN y la cantidad de gente a su alrededor apenas dejaba ver el del PAC. Conforme avanzó el día la justificación una y otra vez fue que las iglesias cristianas tienen tomada la zona y los pastores llamaron a todos y todas a trabajar por el elegido. Rescato por eso al chico se apuntó a ser fiscal del PAC aunque su familia era de RN porque eso les dijo el pastor; “Sólo mi abuelo iba a votar PAC, tenía años de no ir a las urnas, pero dijo que no podía dejar que quedara Fabricio” fue lo que me comentó mientras veíamos como se daban las cosas y nos acomodábamos para ser 4 fiscales en 17 mesas.
Hay tantas iglesias cristianas que ya ni se pueden contar, comentó la coordinadora del puesto del PAC, una con muchísima gente y estructura, otras de garaje, pero todos los que van están jalando votos para RN. El peso del neopentecostalismo es tal que a las 3pm estaba anunciada la visita de Fabricio a la escuela y desde las 2:30 la gente se volvió loca pidiendo banderas, gorras y camisetas mientras se amolotaban en la calle a la espera de su candidato elegido por su dios, el candidato del pueblo y para el pueblo, porque nos guste o no, así lo ven muchas personas. Fabricio representó la vinculación de la gente en la política, esa que por mucho tiempo les fue ajena, la que buscaba sus votos cada cuatro años a cambio de promesas que no se cumplen, pero a las que se les tiene esperanza, porque si la pierden ¿Qué les queda?
Cuando supe que el candidato iba para la escuela me fui al último pabellón, de verdad no quería verle la cara. Al final me ganó el masoquismo, busqué a mis compas y nos fuimos a ver. Éramos literalmente cuatro gatos PAC en un mar amarillo y azul, con 2 banderas que se movían en medio de la gente, que cabe agregar siempre se portaron respetuosos. Sergio Mena y varios policías municipales aparecieron entre el tumulto empujando y pidiendo campo para dar paso a un auto del que eventualmente la cabeza y manos de Fabricio Alvarado se asomarían. Cuando llegó el candidato no se bajó. El carro se detuvo, desde donde estaba no supe si abrió sólo la ventana o también la puerta, pero de su asiento no se separó, la gente aglutinada alrededor tocaba pitos y gritaban consignas, era más bulla que otra cosa (Ah coincidencia), pero Fabricio siempre se mantuvo en una posición superior a la masa.
Al lado nuestro una señora con una muchacha y un bebé en coche, pensaría que tres generaciones representadas, observaban a su candidato, al elegido. En eso la señora comentó algo que me dejó pensando muchísimo: “Que elección más linda, yo ni votaba, pero Fabricio nos ha acercado a Dios y ha hecho esta elección algo de nosotros”. En un inicio la frase me chocó, los tacos han estado de frente desde antes del 4 de febrero con el tema de política y religión. Nos molesta como han usado a su dios como excusa para el crecimiento de RN y atentar contra el Estado como lo conocemos, así nos quitaron la paz y la seguridad, nos despertaron el miedo, por nosotras y los nuestros. Pero en ese momento también caía en cuenta que nada ha sido gratuito, toda esa gente excluida y marginada por primera vez en mucho tiempo se sintió representada, más allá del mandato de los pastores, en Fabricio vieron a alguien como ellos tener poder, un poder además dado por Dios. Fabricio más que un candidato se convirtió en un referente de esperanza, un símbolo de que las cosas pueden ser diferentes. Qué más inspiración que ver a un “excluido” como ellos a un paso de ser el ciudadano más poderoso del país. Y así fue como pude ponerle sentimientos al “enemigo”, que al final no es tan diferente a quienes estamos del otro lado. Todas las personas buscamos lugares seguros y donde sentirnos validados, hay quienes topamos con suerte y esos lugares son amplios y llenos de gente que nos abre los ojos al mundo, otras en cambio no tienen nuestras condiciones y terminan encontrando esa seguridad en lugares adoctrinantes y llenos de falsas promesas y profetas, son víctimas de sus circunstancias y sus necesidades inmediatas y es que cuando no se tiene plata para comer y en la iglesia dan comida cuesta mucho que no se piense en función de quitar el hambre.
Al final de la jornada sacamos la tarea y se sacó muy bien, pero también nos estalló en la cara la burbuja de la injusticia y la desigualdad. El 4 de febrero dije que no me extrañaba el gane apabullante de RN en las costas y las zonas urbano marginales, pero lo dije desde afuera, el primero de abril lo viví desde adentro.
¿Qué me quedó de la experiencia? Es muchísimo el trabajo que hay que hacer, hay que entender que debemos luchar porque las condiciones sean dignas para todos y todas, este es un tema también de derechos humanos y si su defensa fue lo que nos unió estos días hay que dejar de meter en el saco del odio a todos quienes que votaron RN. Si se quiere una Costa Rica donde todos y todas quepamos no podemos dejar el tema de la desigualdad social de lado, porque es ahí donde el neopentecostalismo se apoya para adoctrinar. Tenemos que entender que cuesta mucho tener una visión amplia del mundo cuando hay que preocuparse por ver donde se vive y que se come.
Tenemos garantía de un gobierno respetuoso del estado social de derecho y de los derechos humanos, pero no podemos esperar que solucione todo, menos con el equipo neoliberal que trae, podremos exigirle que cumpla lo que prometió, pero más importante aún tenemos que volvernos hacia los nuestros, las personas olvidadas que han encontrado su lugar seguro en las iglesias pagando el precio del adoctrinamiento.
Nos tocará luchar por un país sin desigualdad, con educación y con amor, defender nuestros derechos en los escenarios que sean necesarios y aprovechar que la sociedad civil se despertó para trabajar con quienes han vivido en la exclusión por tanto tiempo, ojalá se aproveche el momento y no estemos en esta congoja dentro de 4 años.